La caza aparece en la prehistoria como un modo de asegurar la subsistencia de la población. Una actividad que ocupaba a los hombres la mayor parte de su tiempo y que, a día de hoy, en muchos lugares del mundo sigue manteniendo esta esencia.
Durante las diferentes épocas, en cada cultura se percibió la caza de una forma. Así ha quedado reflejado en textos históricos como la Biblia o en la mitología griega. No obstante, con la evolución de las sociedades, la caza comenzó a verse como una actividad ligada al ocio de las familias nobles.
Estos eran quienes podían permitirse contar con los recursos necesarios para convertir una necesidad en una diversión. Sobre todo, en la caza mayor donde conseguir piezas espectaculares y únicas permitía mejorar la reputación.
Llegando a nuestros días, conviven dos cuestiones interrelacionadas dentro del mundo de la caza: la actividad por ocio y por protección del medio. En referencia a esta última, se trata de limitar la cantidad de animales de una especie para evitar que perjudiquen al medio por distintas.
No obstante, en este post vamos a tratar de profundizar en las diferencias entre la caza mayor y la caza menor. Una cuestión que puede ser confusa incluso para los más experimentados profesionales de la caza.
Dos categorías y una actividad: caza mayor y caza menor
La caza es una actividad donde una persona, utilizando diferentes artilugios, captura o abate un animal después de buscarlo en estado salvaje. Por lo tanto, entra en juego lo que sucede antes de encontrar a la presa y lo que sucede después.
Una vez esta actividad pasa a ser un modo de entretenimiento y ocio, se establece una regulación que permite salvaguardar a la biodiversidad y protege a los propios cazadores. En este sentido, es donde aparecen las categorías de caza mayor y caza menor.
A continuación, vamos a describir ambas modalidades detalladamente concretando qué animales pertenecen a cada categoría, el tamaño de los cotos e, incluso, si el clima puede influir.
Caza mayor
Su nombre ya nos da una pista sobre ella, dando a entender que entrarán en juego elementos de gran tamaño como las presas y los cotos de caza. Por lo tanto, si hablamos de animales, en esta categoría deben tener un tamaño superior al de un zorro sin incluirlo.
De esta forma, podemos concluir que la caza mayor incluye animales como el jabalí, el ciervo, el gamo, la cabra montés, el arruí; y en ocasiones, el lobo y el oso. Como se puede apreciar su tamaño es un distintivo indiscutible.
Además, otro factor que determina si hablamos de caza mayor o menor es el tamaño del coto. Para considerarse dentro de esta categoría es necesario que el terreno ocupe un mínimo de 500 hectáreas.
Sin embargo, la Ley 13/2004 aclara que, aunque las dimensiones de un coto sean superiores a 500 hectáreas, la condición de un coto está definida por su objetivo. En otras palabras, aunque su tamaño fuese el previsto para caza mayor, podría ser para caza menor si esa fuese su meta. Lo imprescindible es llegar al estándar mínimo, de ahí en adelante podrá modificarse según los objetivos establecidos.
En cuanto al coste de la cuota anual por la superficie acotada, será el mismo independientemente de la tipología. Salvo algunas excepciones como los cotos de zaza intensivos, por ejemplo.
Además, dentro de la caza mayor podemos encontrar diferentes tipos de cacería. A continuación, describimos los más conocidos:
- Montería: se trata de dividir a los cazadores en dos grupos. Unos deben quedarse en los puestos, esperando a las presas. Mientras que otros, habitualmente trabajadores de los cotos, buscan a los animales junto con perros y hacen que huyan hacia los puestos donde las esperan el primer grupo. Frecuentemente, las presas de las monterías suelen ser venados y jabalís.
- Rececho: consiste en que el cazador intenta localizar a la presa para acercarse lo máximo a ella y asegurar el tiro. Las piezas más habituales suelen ser el ciervo, el gamo, el jabalí, el muflón o el arruí.
- Batida: es muy similar a la montería, pero los perros pueden ser prescindibles y el número de cazadores es menor también.
- Caza por espera: se trata, al igual que el rececho, de esperar a la presa. No obstante, esta modalidad se lleva a cabo por la noche y en solitario.
Caza menor
Podrás imaginar que la caza menor agrupa los animales que quedan fuera de la mayor, los que tienen un tamaño menor que el de un zorro (esta vez sí lo incluimos). Así pues, hablamos de animales como el conejo, la perdiz, la codorniz o el faisán, entre otros.
En cuanto a los cotos, el tamaño mínimo establecido por la ley es de 250 hectáreas. Pero, como ya hemos mencionado, si el terreno es superior también es válido para este tipo de cacería.
Por otra parte, la Ley 13/2004 aclara también que en un coto de caza menor es posible cazar un jabalí. Es más, habla de la obligación de hacerlo para que se gestionen correctamente las poblaciones de especies que pudiesen ocasionar daños en el mismo.
Aunque la caza es un deporte con gran historia, pocos saben que es uno de los más populares realizados al aire libre. Sus distintas modalidades permiten a los cazadores probar diferentes disciplinas y disfrutar del medio ambiente.
La caza menor se realiza casi siempre a pie y con ayuda de perros de caza. En este aspecto, existen diferentes tipologías también: muestra, rastro, persecución, cobradores,… Finalmente, en cuanto a las diferentes modalidades que podemos encontrar en la caza menor, destacan las siguientes:
- Al paso: donde los cazadores se sitúan ocultos en las zonas por las que las presas habitualmente pasan. Teniendo en cuenta sus hábitos de alimentación, por ejemplo. Se utiliza habitualmente para la caza de aves como palomas, tórtolas,…
- Al ojeo: el cazador espera en un lugar estratégico mientras que los perros las levantan. Así cuando pasan delante de ellos pueden realizar el tiro.
- Con reclamo: los cazadores ponen un macho de perdiz enjaulado en una zona con el objetivo de que sirva de atracción para otras perdices en época de celo. El cazador espera camuflado.
Además de estas cuestiones, es importante que los cazadores tengan en cuenta la climatología de los lugares. Para protegerse y a la vez para no asustar a las presas. Asimismo, el material para la caza es fundamental para realizar una cacería exitosa. Y, por supuesto, puedes conseguirlo en Wild Nature. Productos profesionales a un coste asequible para todos.